No obstante, presentaba muchas patologías que requerian de un importante trabajo de restauración.
Presentaba ataque de xilófagos, rotura del mechón central, grietas, rotura de nudos, desencolado de las piezas, óxido en las piezas metálicas, etc.
Lo primero que se hizo fue una limpieza en profundidad para acabar de retirar el barniz, tras esta, se volvió a desinsectar.
Se vació el canal del mechón de ambas partes del cuerpo del perchero y se sustituyó el mechón por uno nuevo. Se masillaron nudos, horificios de xilófagos y grietas, se eliminaron las holguras con cuñas de madera.
Se realizó reintegración cromática,
Por último, se montó el perchero. Al montarlo, nos dimos cuenta que la parte inferior de la columna tenía una desviación importante, así es que se procedió a solucionarla en la medida de lo posible, el arreglo fue más visual que funcional, pero realmente efectivo, se hizo mediante cuñas y calza en la base de una de las patas.
Por último se barnizó con poliuretato y se le aplicó cera natural.
El resultado... realmente sorprendente.
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