En el bastidor apreciamos un ataque de xilófagos reciente.
Optamos por limpiar en primer lugar el reverso del lienzo y el bastidor, después inyectamos contra la carcoma.
Posteriormente vamos limpiando la pintura con sumo cuidado, previas catas de solubilidad en los distintos colores.
En esta imagen podemos distinguir la parte que hemos limpiado del resto de la pintura.
Al limpiar vamos siguiendo el sentido y dirección de la pincelada.
En el caso de estos cuadros Nos hemos encontrado una dificultad añadida, ya que poseen mucho volumen de pintura, así como mucha textura, formando muchos recovecos, entrantes y salientes en los que se acumula la suciedad que en este caso era difícil de limpiar, puesto que gran parte de la misma procedía del lugar donde estuvieron ubicados durante mucho tiempo, junto a una chimenea
De esa manera vamos viendo como los colores originales salen a la luz poco a poco.
Una vez limpio, se estucaron las pequeñas lagunas, grietas y craqueladuras y se reintegraron.
Por último protegemos el óleo.
Hubiera sido necesario un nuevo reentelado, ya que debido al peso del gran volumen de pintura y a la débil sujeción del lienzo al bastidor, este había cedido un poco.
La dueña se decantó por la limpieza solamente, por lo que únicamente se arreglaron los bordes, clavandolos nuevamente al bastidor y protegiéndolos con cinta especial para tales casos.
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