Este es el estado en el que llegaron al taller estas dos butacas características de los años 50, son las clásicas de aquella época y podemos encontrar muchas con sus brazos al aire, su penacho, su faldoncillo...
Su dueña quería que las restaurásemos (tenían algunas patologías que había que subsanar), les hiciésemos una pintura decorativa y por último las tapizásemos.
Las butacas estaban bastante deterioradas, las había mordido el perro de la familia, se había comido parte de la madera de los brazos y parte de las telas.
Lo primero fue destapizar, después retiramos viejos barnices oxidados y deteriorados. Tras este paso, procedemos a restaurar todo el armazón de madera.
Masillados, reconstrucciones volumétricas, chuleteos, encolados... Se chuletean grietas, se arreglan ensambles y uniones, se masillan y reconstruyen las zonas comidas por el perro....
Una vez acabada la restauración se imprima la pieza con el fin proteger la madera y hacer que el proceso, si lo desearan, fuera reversible. Por último se pinta con el tono elegido.
Una vez imprimadas, pintadas y barnizadas, comenzamos a tapizar. Lo hacemos con el tapizado moderno o industrial, es decir, con cinchas y espuma.
Poco a poco nuestro tapizado va tomando cuerpo
Y ya preparadas para entregar
El cambio a mejor ha sido más que evidente, chicas.
ResponderEliminarGran trabajo como siempre.
Besitos
Gracias Isabel, la verdad es que quedaron muy bonitos.
EliminarBts