El Kintsugi o la belleza de las cicatrices
Hoy vamos a hablar de una técnica milenaria que se remonta a finales del
s XV cuando el Shogun, Ashikaga Yoshimasa envió a China, para ser reparados, dos de sus tazones de té favoritos. Los tazones volvieron reparados pero con unas feas grapas de metal que los volvía toscos y desagradables a la vista, así es que buscó artesanos japoneses para que hicieran una reparación mejor, de esa manera, dió con una nueva forma de reparar la cerámica, convertida así en arte.
Esta técnica es la que se conoce como Kintsugi que en japonés significa carpintería de oro.
El Kintsugi es una técnica de origen japonés por medio de la cual las fracturas, grietas, roturas... de una pieza de cerámica se arreglan rellenandolas con un barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino y forma parte de una filosofía que plantea que las roturas o cicatrices forman parte de la historia de un objeto y que no deben ocultarse, sino incorporarse y hacerlo de manera que embellezcan al objeto, poniendo de manifiesto su transformación y su historia.
Esta técnica fue tan apreciada que algunos llegaron a ser acusados de romper las piezas de cerámica con el fin de poderlas restaurar de esta manera, dando así un mayor valor a la pieza, ya que las reparadas con este método eran más valoradas que las que nunca se rompieron.
El kintsugi puede ser considerada como una terapia para la mente, así como también para curar las heridas del corazón y del alma.
Restauramos un objeto con mucho cariño porque tiene especial significado para nosotros, nos trae buenos recuerdos, nos une con nuestros seres queridos... De esta forma le damos una segunda oportunidad.
La filosofía del kintsugi plantea una forma de vida más simple, que da valor a las imperfecciones tanto de los objetos como de la vida
La belleza de las cicatrices.
Para que podamos comprender mejor de lo que se trata veremos estas imágenes
Yo también he hecho mi pequeña aportación a esta técnica con un marco de cerámica que estaba roto y que en su momento pegaron, pero en el que nunca rellenaron las grietas, este era su aspecto cuando llegó a mi
Estaba pegado pero las grietas no se rellenaron con ningún producto, así es que se estucaron, se impermeabilizaron
y cuando ya estaba a punto de reintegrarlas cromáticamente, se me ocurrió imitar la técnica del kintsugi, evidentemente salvando las distancias.
Este fue el resultado
Algún día lo haremos con el procedimiento auténtico
Desde que la conocí estoy enamorada de esta técnica no solo por la belleza de los objetos sino por su profundo significado.
ResponderEliminarBesos
Si Isabel, a mi también me fascinó esa técnica que es de una belleza exquisita, así como la filosofía de vida que conlleva.
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No la conocía, pero me encanta esta técnica, me va a servir también para algún apaño. Gracias por compartir.
ResponderEliminarMagdalena es una técnica preciosa, las piezas adquieren más valor y belleza. A más rotas más bonitas quedan
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Me gusta la idea de curar las heridas, valorar las imperfecciones y darnos una segunda oportunidad. Las fotografias son muy elocuentes.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Yo la he descubierto hoy. Me gusta, sobretodo la filosofia: segunda vida y la imperfección de la belleza. Gracias Ana por tu enseñanza
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