Esta corona pertenece a una imagen de un niño Jesús que en su momento restauramos en el taller.
La trajeron posteriormente, por eso hasta este momento no había subido las imágenes
Estaba muy deteriorada, oxidada, las puntas dobladas, había perdido casi todo el dorado...
En fin, un reto dejarla en buen estado.
Lo primero quitar los dobleces del metal, así como pequeñas abolladuras.
Después limpieza. Esta se hizo en seco para dañar lo mínimo posible y no perder el poco dorado que aún quedaba en algunas zonas.
Por último, hicimos retoques con ceras de dorar en las zonas que fue preciso.
Este fue el resultado final
En estas últimas imágenes podemos ver la diferencia del antes y después
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