Una de ellas tenía el asiento roto y la otra el respaldo.
Lo primero es quitar la rejilla rota y limpiar bien el surco, ya que si no se limpia correctamente y quedan restos de cola o de junco, corremos el riesgo de que la nueva no se adhiera bien y se suelte.
Una vez limpios, colocamos la nueva rejilla embutiéndola con el junco, teniendo mucho cuidado de no romper la rejilla. A medida que la vamos embutiendo va tensando cuando seca acaba de tensar.
Y este es el resultado.
Se podría igualar el tono con el de la rejilla antigua, pero en este caso se dejaron así por deseo de su dueño.
¡¡Un gran trabajo chicas!! Yo hubiera preferido igualar los tonos pero si vuestro cliente os lo pidió así no hay nada que discutir.
ResponderEliminarBesitos
Gracias Isabel!!!. Has visto que ajustadita está ?. La verdad es que quedó fantástica.
EliminarBts