Tenía abundante suciedad magra y grasa, faltantes , grietas, descohesión, repintes de purpurina, oxidación y lagunas tanto en el oro fino como en el falso... Además se le había aplicado una protección de gomalaca, por cierto muy mal aplicada, así como también una pátina con betún de judea.
Antes de comenzar el proceso de limpieza y restauración, se hicieron las catas correspondientes. De esa forma, para la limpieza nos decantamos por usar diferentes disolventes según las necesidades de cada caso, limpieza de suciedad, de la pátina de betún, de los repintes de purpurina...
Estas son algunas de las patologías que encontramos en la pieza.
Una vez hemos limpiado toda la pieza, eliminado repintes, retirado cagadas de mosca, etc, fijamos las piezas sueltas, estucamos las grietas más importantes, chuleteamos y hacemos las reconstrucciones volumétricas necesarias.
Tras impermeabilizar lo reconstruido procedemos a reponer el oro en los lugares donde se precisa.
Por ultimo rebajamos los masillados y las reconstrucciones exteriores y aplicamos bol amarillo.
Ya lo único que nos falta es hacer las fotos finales, eso será en breve.
El pobre habia llegado bastante maltrecho al taller. Un proceso muy bien ilustrado. Estoy deseando de ver la foto final.
ResponderEliminarBesitos
Hola Isabel, realmente llegó al taller muy deteriorado, así es que se ha restaurado sin quitarle su esencia, su pátina de antigüedad, pero devolviendole el lustre perdido. Esta semana acabaremos el trabajo y subiré las fotos finales en este mismo post. Bts
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