Estas dos sillas llegaron al taller para sustituir las rejillas rotas por unas nuevas.
Su dueño quería que le diesemos el mismo tono de color que tenían de origen, así como también que disimuláramos los pequeños golpes y roces producidos por el paso del tiempo
Desgraciadamente por un error técnico, se han perdido muchas de las fotos tanto iniciales, del proceso como finales, así es que nos tendremos que conformar con las que han quedado.